viernes, 24 de julio de 2009

Vendo aire

- ¡Hola! ¿Quieres hacerte un fotomontaje con Cristiano Ronaldo?

Por un precio que por desgracia no he llegado a conocer, a mi hermana le han ofrecido (en una tienda del Real Madrid) hacerse un fantástico FOTOMONTAJE con el chulo-playa más famoso de la historia! Al menos eso dicen ella y mi madre, por desgracia con las cosas que se ven me lo creo...

...Y lo peor es que habrá gente que pagará por eso.

martes, 14 de julio de 2009

Hoy toca serie (Dead Set)

Para el que no lo sepa, me encantan las series de televisión. Supongo que si me gustan tantas es porque no tengo ningún criterio y me tragaría cualquier cosa, pero si aún así os aburrís y queréis ver algo, de vez en cuando puedo hacer alguna recomendación. Y como me estoy reformando y llenando de energía positiva (…) normalmente solo hablaré de series que me hayan gustado, y no de bazofias que nunca deberían de haber visto la luz (como la de “Vida secreta de una adolescente”, que como ya soy bueno no diré que ayer cuando la vi me pareció una p*ta mie*da).

Hoy le toca a Dead Set, miniserie que aún no ha sido estrenada en España (aunque llegó a su final hace un año), pero que creo que llegará aquí de la mano de Canal + el día 25 de este mes. El argumento no es nada que no se haya visto ya, una plaga de zombis se empieza a extender por todo el planeta mientras que seguimos a un grupo de supervivientes. La gracia de estos supervivientes, y lo que hace diferente a esta serie, es que están dentro de la casa de Gran Hermano, por lo que en principio permanecen totalmente aislados del exterior, a salvo de que les devoren los intestinos.

Aunque los habitantes de la casa descubran pronto el pastel, quizás demasiado pronto si tenemos en cuenta todo lo que podía hacerse con ello, se hace algún que otro juego interesante con eso de que estén dentro de un programa.

Tan solo tiene 5 capítulos de corta duración (por lo que no deja de ser una película con cliffhangers), lo que hace que tenga un ritmo muy rápido y que en ningún momento te puedas aburrir, pero que por otra parte consigue que los personajes a parte de estereotipados (después de todo, no dejan de ser concursantes de Gran Hermano, con lo que ello conlleva), sean demasiado planos y apenas existan relaciones emocionales entre ellos, quedando todo el grupo un poco vacío.

Por otro lado, los zombis están muy bien logrados, y las escenas gore (que son muchas y bastante explícitas) también, aunque flojea un poco con algunas actuaciones de los protagonistas y en alguna que otra escena en las que se les va la mano con los movimientos de cámara.




En definitiva, una serie muy entretenida y bien hecha, con mucha sangre y muchas tripas, y con poco espacio para la reflexión (más allá de sátiras evidentes como zombis fascinados viendo el programa, o los directores que destripan concursantes para ofrecerlos como cebo). Y como siempre, como en toda película/serie/libro/videojuego de zombis que se precie, los más malos al final resultan ser ciertos humanos, ni punto d comparación con los pobres e indefensos zombies.

lunes, 13 de julio de 2009

Visita al dentista

No me gusta ir al dentista. Por mucho que me acompañe mi querida madre (en mi defensa diré que es por el mero hecho de estar con ella en el seguro), no me gusta, porque luego se queda en la sala de espera leyendo el ¡Hola! mientras que a su pobre hijo le hacen cosas malvadas. Tampoco es por el precio, porque como ya he dicho tengo seguro.

Pero no me gustan los aparatos que hacen ruidos chirriantes, ni me gusta no saber adonde mirar mientras te están inspeccionando (¿soy al único al que esto le resulta especialmente incómodo?), ni me gusta que me digan "esto te va a doler un poco", para después ver como se le hinchan las venas por apretar con todas sus fuerzas con el puñetero aparatito chirriante en la encía, que más que limpiar sarro parece que esté tratando de matar a un alienígena parasitario. Total, que siempre al salir acabo pesando dos kilos menos de todo lo que sudo (tendría que haber hecho una foto de mi camiseta al salir, que gore). Y eso.

sábado, 11 de julio de 2009

Ser idiota tienes sus ventajas

O si no que se lo digan a mis zapatillas. Resulta que como uno es un poco Homer Simpson, se llevó por error una zapatilla de cada talla cuando se las fue a comprar. Por mucho que intenté ignorarlo y usarlas de todas formas, 4 tallas menos de las que usas pueden hacerte un pooooco de daño, así que no quedó más remedio que cambiar a la zapatilla rebelde. Total, no sé si por pena, por una nueva política de integración social que yo desconocía o por cualquier otra razón... la chica de la caja después de cambiarme la zapatilla me dio 2 euros como forma de compensación (algo que tendría sentido si alguien te diese las zapatillas, pero eres tú el que las coge).

Así que ya sabéis chicos/as/us, la próxima vez que vayáis a comprar ropa compradla mal aposta, y luego poned una cara parecida a la que acompaña a esta entrada cuando vayáis a devolverlas. Os lloverán facilidades*.

* Facilidades no garantizadas.

viernes, 10 de julio de 2009

Volviendo

Después de 5 meses resucito, como... Godzilla.

lunes, 23 de febrero de 2009

Se busca (vivo o muerto).

- ¿Quién?
- Hola, traigo un paquete para… Antonio R.
- ¿Antonio R.? ¿No será Antonio C.?
- Aquí pone Antonio R. ¿Algún problema?
- Que es mi abuelo.
- ¿Y?
- Que lleva muerto unos 10 años.
- Ah, ¿y quién era el otro Antonio?
- Mi padre.
- ¿Está vivo?
- Sí.
- Pues entonces será para él.
- …gracias…

Ya sabía yo que tenía que haber alguna razón para que no abriese la puerta de casa, gracias señor mensajero por recordarme el motivo (o uno de tantos).

sábado, 21 de febrero de 2009

Toc toc.

Tengo una manía muy rara, de esas que no sabes que tienes hasta que alguien te dice: “¿por qué haces eso?”. No cojo el teléfono ni abro la puerta de casa sino sé quién está llamando, pero de una forma exagerada. Supongo que será cosa de algún trauma infantil en plan de que algún testigo de Jehová entraría en mi casa cuando yo estaba solo, o porque realmente vengo del futuro en el que seré mundialmente conocido y estaré harto de que la gente piense en mi maravillosa persona, por lo que terminaré pensando que todo el mundo quiere secuestrarme así que terminaré encerrado eternamente en mi casa (quiero decir, palacio) sin hablar con nadie, pero el caso es que las cosas son así.

Lo del teléfono no suele traer problemas, si es importante dejan un mensaje y sino pues que se le va a hacer. Pero lo de la puerta es lo que trae más problemas, y no solo porque algún día necesitaré una ambulancia y no les abriré la puerta. Resulta que la pesada de mi vecina es… pues eso, pesada. Todos los días suele llamar a nuestra casa para contarnos algún acto de su fascinante vida, que a mi sinceramente me importa lo mismo que si en este momento está lloviendo en Nauru, por lo que nunca la he abierto la puerta desde hace años (que no abra la puerta no quiere decir que no me acerque a la mirilla para ver quién es la persona que está llamando, de ahí que sepa que llama todos los días).

Vale, sé que antes he dicho que no lo cogía si no sabía quién llamaba, pero también hago excepciones de vez en cuando y no abro aunque sepa quién es la persona que está llamando. Lo malo llega cuando no le abres la puerta a tu pobre vecina, a los 10 segundos llega tu familia a casa, y cuando se cruzan con ella preguntan: “Ah, ¿pero no te ha abierto mi hijo? ¡Si está en casa!”. Supongo que puedo ir olvidándome de aparecer en su testamento.

martes, 17 de febrero de 2009

¿Te vas?

Mi madre, la del champú de huevo, tiene ganas de que me vaya de casa, y no solo haciendo cosas como comprar ese champú del que ya hablé (por suerte, ya se ha acabado y tenemos un champú normal). Cada vez que me ve salir del baño o de mi habitación, se me queda mirando dos segundos y me pregunta: “¿te vas?”. Da igual que esté con el pijama puesto, que sean las 2 de la mañana de un lunes, o que acabe de llegar a casa después de salir, siempre tiene que llegar la pregunta. Antes pensaba que lo que me preguntaba era si iba a salir, pero viendo su insistencia y la incoherencia de esa pregunta en algunas situaciones, estoy empezando a pensar que lo que quiere es que me vaya… y que no vuelva salvo los domingos para comer cocido.

La verdad es que si ese es su deseo, yo estaré encantado de cumplirlo en cuanto tenga dinero (iba a decir que cuando acabase la crisis, pero realmente no he trabajado ni antes ni ahora, así que la crisis tiene poco que ver).

Aunque parezca que solo vivo con mi madre, en plan las Gilmore Girls en versión descafeinada, realmente hay más gente viviendo en mi casa. No sé muy bien quienes son, aunque llevan ahí unos cuantos años por lo que supongo que uno de ellos será mi padre y el otro mi hermana, algún día me meteré también con ellos.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El misterio del (horrible) libro desaparecido.


“Mr. X, le comunico que los documentos que figuran al pie de este escrito están retrasados es su fecha de devolución. Por tanto, le ruego tenga la amabilidadde remitirlos a la Biblioteca donde los obtuvo en préstamo a la mayor brevedad posible.


Le saluda atentamente, LA BIBLIOTECA


Cambiando mi nombre por el de Mr. X (bastantes datos di de mi con eso de que usé champú de huevo como para encima dar mi nombre) este es el mensaje que me mandó mi querida Biblioteca el otro día (o el/la bibliotecario/a en caso de que la Biblioteca no tenga vida propia, cosas más raras se han visto).

Como yo no suelo ir robando libros de la Biblioteca y además el libro era malo como el solo (no diré cual es por si acaso se supone que es una obra maestra y quedo como un inculto) tenía el recuerdo de haberlo devuelto a los tres días de cogerlo, por lo que me extrañó este mensaje, así que le mandé otro preguntando a la Biblioteca si estaba segura de que no lo tenía. Poco después me contestó que sí, que estaba segurísima de la muerte: “tras revisar la colección en busca del libro que se le reclama, tengo que informarle que no lo hemos encontrado”. Chan chan, ¿quién estaría equivocado de los dos?

Para desentrañar este misterioso misterio, después de haber estado dos días buscando el libro de las narices por mi casa y pensando ya en que tendría que pagarlo, tuve que acabar por ir a la Biblioteca, donde hoy me han atendido sus esbirros (también llamados bibliotecarios). Ahí me hicieron contar mi trágica historia, y tras unos dos minutos repletos de tensión (sexual o no), ya habían encontrado el libro, que estaba perfectamente colocado en su correspondiente estantería.

Pero la Biblioteca se resentía a darme la razón, por lo que hasta que no he confesado que también cogí el Menón, que por cierto no es una trilogía, no me han dejado ir libre por que seguía quedándome un libro pendiente de entregar. No sé que finalidad tenía esto, pero aseguro que justo después de decir que el último libro que di era ese tan divertido me han dicho que ya estaba todo arreglado.Conclusión: la Biblioteca funciona muy mal, en cambio sus esbirros son de lo más eficientes. Y como no, todo era culpa de Platón.

P.D. ¿Por qué dos de los tres primeros resultados que aparecen en las imágenes de Google al buscar “Menón” son consoladores (¡además con aroma a tutifruti!)?

martes, 20 de enero de 2009

El champú de huevo

La primera entrada de un blog debería ser sobre algo interesante. Algo que diga sobre de qué vas a hablar, o al menos quién eres y porqué has decidido hacerte un blog. En definitiva debería de servir para mostrarle al público qué es eso que vas a ofrecer y porqué deberían seguir leyéndote. Pero yo voy a hablar del champú de huevo. Sí, no es un montaje ni nada de eso, este champú existe de verdad. Y no solo existe, sino que desde hace dos meses está en mi casa. Cuando compruebas que algo así ha visto la luz lo primero que te preguntas es ¿qué clase de mente enferma tendría la genial idea de crear un champú de huevo? ¿No hay algo más asqueroso con lo que hacer un champú? Es como hacer un champú de lentejas o de… placenta de vaca. Luego te preguntas ¿qué clase de mente enferme compraría un champú de este tipo? A eso es fácil responder, mi madre.

Ella fue la que tuvo la genial idea de comprar este producto que me provoca nauseas matinales cual embarazada por su horrible olor, color y textura. Y encima no lava ¡no lava! Ni espumita, ni sensación de “pelo limpio” ni nada de nada. Por suerte ni si quiera huele a huevo después de aclararlo. Es como si te echases únicamente agua en la cabeza. Agua asquerosa, pero agua después de todo.

El caso es que por si esto no fuese suficiente, encima es un bote de tamaño familiar. Porque cuando he dicho que llevaba dos meses usando ese champú no era de broma, y no es que me lave el pelo una vez al mes, pero es que por mucho que lo uses, esta pesadilla líquida no se acaba nunca. Y mira que todos los días cuando me ducho tiro champú por el desagüe aposta para que se acabe antes el bote, pero ahí sigue. En fin, creo que la única solución será quemar mi casa, confiando en que el bote de champú no sobrevivirá al incendio.